...parece que el sofá me devoró por completo. Dentro del sueño, que es mas bien pesadilla, que trata de repetirse dos o tres veces al mes, que me separa de este mundo y del otro. Ellos abstraídos dentro de un campo horario sin forma, que es mas como un camino construido por pasos, y yo cazada por un lobo marino sin poder dar gritos. No entiendo qué clase de mareo es, si las imágenes en retrospectiva son mías o de una película de ciencia ficción, donde el protagonista hace lo imposible por construir una realidad diferente, anhelada. Por qué me veo otra vez en la calle si mi cuerpo seguía inmerso en el sofá, si mi cabeza pertenece , dentro de este lugar, a un solo color; si aquellos detalles vagabundos pertenecen a la lista de observaciones que él atentamente me hace cuando me ve detenidamente, cuando hace que me den nervios y parezca más una frutilla colorada bajo una cobija azucarada, cuando sus ojos me escrutan expectantes.
Y en la rutina se me hace extraño adaptarme más , tal vez menos.
Entre su ausencia me hiere cuando me señala y me abruma si se queda pensando circular y giratoriamente. Girar es un defecto agridulce, agridulce.
No hay comentarios:
Publicar un comentario