.. sería como decir que hay agua en el cielo, y la hay; pero déspues de tres instantes, o intentos, de no suspirar mientras pienso que sería muy fácil describirle (sí, a él) mi triste historia de amor, como si le estuviera conversando sobre el aroma del té o de la delicada forma con la que ,en la India, enrollan el tabaco que a mi parecer termina siendo encantadora. En mi cabeza sigue siendo muy claro, sigue siendo fácil acercarme a la ventana de manera casi coqueta, inhalar, exhalar, cerrar los ojos y al abrirlos perder la mirada en el hormigueo de gente que camina pisos abajo. Sí, sigue siendo fácil desplegar mis labios de manera sobre actuada, dramática, repasar en una milésima de segundo nueve palabras ¿Quieres saber cuál es mi triste historia de amor? mientras que mi mirada sigue perdida. Pero la música suena, él baila, no hay nubes en el cielo y los carros siguen andando en la calle. No sería justo que yo, precisamente yo, intente agregar un poco de esa masa viscosa que no entiendo; de esta manera dramática, sobre actuada. Y que con vergonzosa premura le responda (o me responda a mi misma) que ese personaje que tiene por nombre el color de mis uñas (azules) hizo mezquina a mi caja en el pecho cuando me dijo que valía tanto la pena como para no meterse conmigo.
Fue tan fácil en mi cabeza.
Fue tan fácil en mi cabeza.
1 comentario:
J e v i m e t a l
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